El pentagrama es el conjunto de cinco líneas horizontales, paralelas y equidistantes, y cuatro espacios comprendidos entre ellas, en el cual se escribe la música mediante el uso de otros signos musicales. Sus líneas y espacios se enumeran en orden ascendente.
Cuando las líneas y espacios no son suficientes para representar determinadas alturas tonales, se hace uso de las líneas complementarias o adicionales.
Las notas son sonidos con alturas determinadas que corresponden a frecuencias constantes. Sus nombres son las representaciones gramaticales y los respectivos fonemas de dichos sonidos: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si.
Los nombres de las primeras seis notas fueron asignados originalmente por Guido d’Arezzo y corresponden a las sílabas iniciales de los versos del himno a San Juan el Bautista “Ut queant laxis”:
Giovanni Battista Doni reemplazó la nota Ut por Do -de Dominus, para facilitar el canto de la misma. Más adelante, Anselmo de Flandes agregó la séptima nota, Si, utilizando las iniciales en latín del nombre de San Juan el Bautista -Sancte Ioannes-, tomadas del último verso del himno.
La nomenclatura anglosajona -comúnmente llamada “cifrado americano”-, reemplaza estos nombres por las letras C, D, E, F, G, A y B, respectivamente. En los paises de habla inglesa se usa para representar tanto las notas como los acordes pero en latinoamérica es más común destinarla sólo para los acordes y, aunque se representen con letras, se sigue llamando al acorde por el nombre de su nota, es decir, escribimos C pero decimos Do.
Las claves son signos de referencia que permiten establecer la ubicación de las notas en las líneas y espacios del pentagrama.
La clave de Sol (arr., izq.) indica que la nota Sol se encuentra ubicada en la 2ª línea; la clave de Fa (arr., centro) nos dice que la nota Fa se encuentra ubicada en la 4ª línea; la clave de Do (arr., der.) se utilizaba en todas las líneas, permitiendo escribir diferentes voces e instrumentos musicales, pero actualmente su uso sólo es frecuente en 3ª línea y, en pocos instrumentos como la viola y el trombón alto.

Las figuras de duración y silencios permiten representar la duración de los sonidos o de la ausencia de sonido. Su valor es relativo con respecto al valor de otras figuras o silencios y, a un pulso y compás determinados.
En la siguiente imagen podemos ver las figuras de redonda, blanca, negra, corchea, semicorchea, fusa y semifusa (1ª fila de izquierda a derecha), con sus respectivos silencios abajo:
La relación entre las figuras y silencios es simple: La redonda representa un valor entero y cada figura menor tiene un valor resultante de dividir entre dos la figura inmediatamente anterior, es decir, una blanca es 1/2 redonda; una negra es 1/2 blanca, lo que equivale a 1/4 de la redonda; una corchea es pues 1/8 de la redonda; una semicorchea 1/16 y así sucesivamente:
Hasta ahora conocimos algunos de los signós básicos necesarios para empezar el proceso de aprendizaje de lecto-escritura musical con el uso del sistema de notación occidental -las famosas partituras-.
En la próxima entrada continuaremos descubriendo más signos musicales y abordaremos conceptos necesarios para entender cómo se aplican en la práctica de la lectura rítmica...
Juan Diego López Múnera - Docente de Música
Bienestar Universitario INTENALCO
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